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México y América Central: todos y todas podemos contribuir a que el camino de los migrantes sea seguro y digno

En el Día Internacional del Migrante que se conmemora el 18 de diciembre, la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para México y América Central, la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica recuerdan la importancia de respetar y proteger los derechos de las personas migrantes. Con el lanzamiento de la campaña #MigrarNoEsUnJuego agradecen las acciones de solidaridad a favor de los migrantes, buscan promover un trato digno hacia ellos y contribuir a evitar su estigmatización.

Tegucigalpa, 18 de diciembre de 2020. A la difícil situación de la violencia en muchas partes de México y América Central, que obliga cada año a miles de personas a dejar sus países en busca de una mejor vida, se suman los efectos devastadores de la covid-19, la crisis climática y los desastres causados por fenómenos naturales, que imponen nuevos retos humanitarios, incluyendo la posibilidad de un aumento de los desplazamientos y flujos migratorios.  En este contexto, es necesario lograr una respuesta eficaz y coordinada donde las propias personas migrantes, la sociedad civil, las autoridades de todos los países implicados y la comunidad internacional trabajen de la mano para garantizar que quienes migran reciban un trato digno y vean protegidos sus derechos.

“Migrar es una decisión difícil. Para muchas personas que lo han perdido todo debido a la violencia, la pandemia o los desastres causados por fenómenos naturales -como los recientes huracanes Eta y Iota- dejar atrás su hogar, su arraigo y sus seres queridos para cruzar fronteras en la búsqueda de un mejor futuro o para sobrevivir, es su último recurso”, señaló Lorena Guzmán, coordinadora regional de migración de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para México y América Central. “Brindar un trato digno a las personas migrantes es un imperativo humanitario”.

“Quienes migran se exponen cada vez a más riesgos, como la posibilidad de sufrir daños físicos, emocionales o patrimoniales, cuando su camino debería ser seguro, digno y con acceso a servicios humanitarios”, explicó José Félix Rodríguez, Coordinador de Migración de la IFRC en las Américas. “La respuesta a la migración debe ser integral y atender las necesidades de grupos propensos a una mayor vulnerabilidad, como las personas afectadas por la violencia, las mujeres, niños, niñas y jóvenes, las poblaciones indígenas y las personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero”.

Con ocasión del Día Internacional del Migrante, estas instituciones -como partes del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja-, enfatizan en que atender las necesidades humanitarias de estas personas es una responsabilidad compartida entre las autoridades del lugar de origen, tránsito y destino, y de la comunidad internacional. Agradecen también los gestos cotidianos de solidaridad y humanidad de miles de personas en la ruta migratoria que contribuyen a hacer esta travesía más humana para muchos migrantes, incluyendo la labor de individuos, organizaciones de la sociedad civil, albergues y voluntarios de la Cruz Roja.

«el 60% de los 573.000 inmigrantes hondureños en los Estados Unidos no están autorizados»

“Las consecuencias humanitarias de las migraciones son duras; somos testigos de que muchas personas en su trayecto son víctimas de extorsión, violencia sexual, que desaparecen, se separan de sus familias, sufren accidentes y amputaciones, son asesinadas o mueren debido a enfermedades o a las inclemencias climáticas”, resaltó Guzmán.

Los componentes del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja reiteran que seguirán trabajando en favor de las personas migrantes con motivos estrictamente humanitarios basados en el reconocimiento de la individualidad y las aspiraciones de cada persona. Hacen énfasis en que la atención a las personas migrantes debe ser holística, basarse en sus necesidades y en los factores de vulnerabilidad, así como en sus habilidades y el potencial que tienen para aportar al desarrollo económico y social de las comunidades de acogida. “Las personas migrantes son seres humanos como todos nosotros, con sueños, anhelos, metas, necesidades y capacidades”, recalcó José Juan Castro, Presidente de la Cruz Roja Hondureña. “Comunidades, Estados, organizaciones, individuos: todas y todos podemos contribuir a que su camino sea seguro y sus condiciones dignas”.


En el camino miles de Hondureños sufren imprevistos, es por eso, que Cruz Roja Hondureña siempre escolta las caravanas hasta la frontera con Guatemala.

“Se siente bonito cuando alguien te echa la mano”: la voz de los migrantes

“Lo más difícil de migrar es saber que estás dejando atrás a tus hijos, que estás perdiendo todo, pero aquí vamos en este camino para ver si podemos recuperar lo que hemos perdido”, dijo José Dimas Pérez Rápano, hondureño de 40 años quien dejó su hogar por falta de empleo y llegó a México con la esperanza de ofrecer una mejor calidad de vida a su familia.

Lo más positivo de migrar es la esperanza de encontrar algo mejor; lo más bonito es saber que siempre, por ahí en el camino, hay alguien que está esperando para darte el apoyo desinteresadamente. Se siente bonito cuando alguien te echa la mano, te levanta el dedo, te dice: ¡ánimo, échenle ganas!”, agregó Julio César Paguada Ruiz, de 47 años, quien salió de Honduras para cumplir sus sueños: “tener patrimonio, una casita, un carrito, un trabajo decente…”.

Luz se vio obligada a abandonar su hogar en El Salvador debido a las extorsiones y buscando una mejor vida para su familia. Migrar le ha dejado sentimientos encontrados: se siente triste al tener que dejar a su familia, pero tiene esperanza en encontrar una mejor vida.

Beatriz salió de Honduras para salvaguardar su vida y la de su hijo: “yo no podía quedarme mucho en mi país porque ahí hay muchos “ganga” (grupos armados no estatales) y me están persiguiendo con mi hijo”. Al momento de brindar su testimonio esperaba en México el reconocimiento de la condición de refugiada. Contó que migrar para ella ha significado sentirse segura y ahora que se acerca fin de año, desea tener sus papeles en México, que están en proceso, para acercar a su familia y sus hijos. “Queremos respeto a los inmigrantes, así que nosotros también tenemos que respetar”. 

Migrar no es un juego

En conmemoración del Día Internacional del Migrante, el CICR, la FICR y las Sociedades Nacionales de Guatemala, El Salvador, Honduras y Costa Rica, lanzarán la campaña #MigrarNoesunJuego para hacer énfasis en que, para muchas personas, migrar es su último recurso ante la situación que enfrentan en sus países de origen. Mitigar las consecuencias humanitarias de la migración requiere el compromiso de todos: autoridades, organizaciones y sociedad. 

A través de diversos productos digitales que forman parte de esta iniciativa, el Movimiento busca promover un trato digno para las personas migrantes y contribuir a evitar su estigmatización.

La campaña incluye la producción de un video que registra un juego de mesa real entre cinco niños y niñas no migrantes, quienes, guiados por una psicóloga, deben llegar a la meta emprendiendo un viaje con diversos obstáculos y en el que la solidaridad hacia los otros es factor clave para llegar a salvo a la meta.

El material videográfico busca captar las reacciones del grupo al enfrentarse a diferentes riesgos en situaciones de disparidad, para mostrar que migrar no es un juego y que las diferentes decisiones que las personas pueden tomar ante las circunstancias pueden marcar una diferencia.

El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja alienta a que las migraciones se lleven a cabo con pleno respeto a derechos y en un ambiente de dignidad y respeto. Para ello, es importante mantener el trabajo constante y coordinado con las autoridades, especialmente las migratorias, de la región.

Su labor se basa en los Principios Fundamentales de humanidad, neutralidad e independencia que guían la labor humanitaria de estas organizaciones, así como en el carácter universal del Movimiento y en su base voluntaria y comunitaria.

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